Sylvia Rangel (centro) toma información de contacto de los jornaleros que estaban buscando trabajo en el estacionamiento de una de las tiendas Home Depot de Houston el miércoles 12 de diciembre de 2018.
Tres mujeres cruzaron el estacionamiento de una de las tiendas de la cadena Home Depot en Houston y se dirigieron hacia unos hombres agrupados alrededor de los árboles a la entrada del estacionamiento. Se detuvieron ante dos hombres que estaban apoyados junto a un vehículo.
Elvia Escobar dio un paso adelante y sacó un folleto cuadrado de su bolso de mano.
“Buenos días”, saludó Escobar. “Somos voluntarias del Centro de Trabajadores Fe y Justicia”.
Luego leyó un texto que luego repetiría varias veces durante las tres horas de un miércoles del mes pasado cuando ella, Silvia Rangel y Kendra Baldazo trataron de contactar a la mayor cantidad posible de jornaleros, preguntándoles en específico si ellos conocían sus derechos laborales.
El Centro de Trabajadores Fe y Justicia ha estado ejecutando su programa de esquinas durante más de una década.
Alrededor de una docena de voluntarios son enviados cada semana a unos 36 sitios en Houston donde los jornaleros se reúnen habitualmente para ser recogidos para hacer trabajos de construcción u otras labores como mano de fuerza. En dos semanas, los voluntarios pueden llegar fácilmente a unos 200 trabajadores.
Los voluntarios educan a los trabajadores sobre sus derechos y sobre los recursos disponibles para ellos en caso de que sean víctimas de robo de salario, sufran una lesión en el lugar de trabajo o tengan otras preocupaciones. Incluso proporcionan alimentos, agua y suministros de seguridad cuando están disponibles.
Mientras Escobar explicaba sobre las agencias estatales responsables de revisar las violaciones laborales, Baldazo, una de los organizadoras del centro de trabajadores, entregó gafas de protección, máscaras e incluso guantes de trabajo de nivel profesional a los hombres que ahora se encuentran a su alrededor.
Los hombres se probaron los guantes, giraron sus manos una y otra vez, sintiendo la textura.
Escobar les recordó que los empleadores deben proporcionar equipo de seguridad cuando van a un sitio de trabajo, especialmente en los lugares más afectados por el huracán Harvey.
“Ni siquiera nos dan esto”, dijo Javier Molerio, sosteniendo su nueva máscara.
Molerio, de 45 años, dijo que había estado trabajando en un sitio de demolición meses antes, pero nunca se le dio una máscara para usar. No estaba demasiado preocupado al principio, pero luego tuvo una tos que persistió por semanas.
A menudo, los jornaleros, cuyo estado legal varía, a menudo no están debidamente informados sobre los estándares en el lugar de trabajo o a dónde pueden acudir si se enfrentan a una violación laboral, dijo Alejandro Zúñiga, director del programa de esquinas.
El mismo Zúñiga una vez se expuso al monóxido de carbono en un sitio de trabajo hace años. Dijo que nunca hubiera sabido reportar el incidente si no hubiera sido por Fe y Justicia.
“Ni siquiera sabía que existía OSHA (Occupational Safety and Health Administration)”, dijo Zúñiga.
Todo el esfuerzo de las esquinas comenzó antes de la creación de Fe y Justicia en 2006 bajo un proyecto voluntario llamado El Agua Sagrada. Zúñiga dijo que el objetivo original era identificar las necesidades de los trabajadores y ayudarlos siempre que fuera posible.
Una vez que los líderes del proyecto formaron el centro de trabajadores, el programa de esquinas se formalizó, enfocándose en proporcionar recursos legales a una población vulnerable. Hace cuatro años, el centro incluso creó un mapa para rastrear dónde se reúnen los jornaleros, ya que las ubicaciones a menudo pueden variar con el tiempo.
“Han sido un modelo local para la respuesta nacional”, dijo Joseph ‘Chip’ Hughes, director del programa de capacitación de trabajadores en el Instituto Nacional de Servicios de Salud Ambiental.
El instituto se ha asociado regularmente a Fe y Justicia, ofreciendo subvenciones a través del Condado de Harris y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias para apoyar la capacitación de seguridad para los jornaleros en la ciudad. Más recientemente, el instituto ayudó a proporcionar algunos de los equipos de seguridad que Escobar y sus compañeros voluntarios continúan entregando a los trabajadores necesitados.
Inmediatamente después de Harvey, cientos de jornaleros que trabajaban a nivel local y fuera del estado corrían el riesgo de contraer enfermedades por la exposición al moho y otras amenazas ambientales. También corrían el riesgo de robo de salarios.
Un informe comisionado por Fe y Justicia y publicado por la Universidad de Illinois en Chicago encontró que más de una cuarta parte de los jornaleros de Houston sufrieron robo salarial de 212 a 2.700 dólares dentro en el primer mes de la recuperación después de Harvey.
Brian Turmail, un portavoz de los Contratistas Generales Asociados de Estados Unidos, dijo que si bien los miembros de la asociación estarían menos dispuestos a contratar jornaleros en lugar de empleados calificados, dado sus proyectos comerciales, las prácticas laborales inescrupulosas perjudican a la industria de la construcción en general.
“Cada vez que un trabajador corre peligro, es una preocupación para nosotros”, dijo Turmail.
Una vez que Escobar y Baldazo respondieron preguntas de los hombres en las afueras del lote del Home Depot al norte de Houston, Rangel se adelantó para recopilar nombres e información de contacto. El centro de trabajadores luego usa estos datos para invitar a los trabajadores a talleres de seguridad y de derechos legales.
Rangel se sumó recientemente como voluntaria. Ella participa porque entiende las preocupaciones de los trabajadores. Una vez durante un trabajo de niñera, dijo, se negó a extender sus horas de trabajo, para disgusto de su empleador. En el momento en que trató de cobrar el cheque por las horas trabajadas, había sido cancelado.
Cuando Escobar y Baldazo salieron de Home Depot para cruzar a visitar otro sitio, Rangel vio a un hombre parado a la sombra de un árbol.
“¿Quieres un poco de agua?”, le preguntó.
ileana.najarro@chron.com
twitter.com/IleanaNajarro
Ileana Najarro covers race, labor and immigration. She formerly covered small business and the intersection of immigration and the economy. She previously interned at the Los Angeles Times, the Mexico City bureau of The Wall Street Journal, The New York Times, and The Washington Post. She graduated from Stanford University with a B.A. in Communication, Departmental Honors and Phi Beta Kappa distinction.

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